jueves, 15 de noviembre de 2012

FRANCISCO DE QUEVEDO.RESPUESTA DE DIOGENES A ALEJANDRO MAGNO.


Lo que te pido es que, volviéndote al Asia,
el sol que no puedes darme, no me lo quiten tus faldas.
Nadie me envidia la mugre, como a ti el oro y la plata:
en la tinaja me sobra, y en todo el mundo te falta.
Ni hambre no cuesta vidas al viento, al bosque o al agua;
tú, matando cuanto vive, sola tu hambre no matas.
Para dormir son mejores estas hierbas que esas lanzas;
a todos mandas, y a ti tus desatinos te mandan.
Pocos temen mis concomios, muchos tiemblan tus escuadras;
déjame con mi barreño y vete con tus tiaras.
Que yo, vestido de un tiesto, doy dos higas a la parca,
pues tengo en él sepultura, después que palacio y capa.
Tienes redes por el mundo mientras yo tiendo la raspa;
que en cas de las calaveras, ambos las tendremos calvas.
El veneno no conoce las naturales viandas;
vete a morir en la mesa y a vivir en las batallas.
El no tener lisonjeros lo debo al no tener blanca,
y si no tengo tus joyas, tampoco tengo tus ansias.
Como yo me espulgo , puedes,si alguna razón alcanzas,
espulgarte las orejas de chismes y de alabanzas.
Y adiós, que mudo de barrio, que tu vecindad me cansa.

Y echó a rodar su edificio a coces y a manotadas

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