sábado, 18 de febrero de 2012

A VECES

El hombre de campo
que escarda la tierra
la orea, abona, siembra
cuida, riega y recolecta al final
ese hombre no siempre vende su cosecha
no la cambia por dinero
ni la ofrece al mundo en transacción
A veces el hombre de campo
vive de sus propios frutos
come de su huerto
Como un árbol que toma de la tierra
aquello que necesita
en complicidad con el sol
con la lluvia, la noche
Da de lo que obtiene
a quien pasa cerca de su hogar
a quien lo necesita
a quien se lo pide así
sencillamente
sin más

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